• La tendencia subyacente de la economía es la de un crecimiento fuerte
  • El parón es producto del retroceso de la industria del automóvil
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La economía de Alemania ha brillado dentro de la Eurozona desde 2013, permitiendo que el conjunto del bloque volviese a crecer de forma sostenida tras la crisis de deuda soberana que sacudió al euro con fuerza en 2011 y 2012. Sin embargo, siete años después la economía alemana podría volver a entrar en recesión 'técnica', presentando dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo. Este parón será probablemente temporal y reversible, aunque deja entrever que la desaceleración de la economía europea es un hecho desde que alcanzase su pico en 2017.
Alemania ha encadenado varios datos económicos de calado que han sido realmente malos. El tercer trimestre de 2018 ya presentó un crecimiento trimestral negativo del -0,2%, mientras que el cuarto trimestre también amenaza con mostrar una caída de la producción en el país.


El dato del tercer trimestre estuvo motivado por las dificultades de la industria del automóvil para ajustarse a las nuevas regulaciones de emisiones, que atascaron la producción durante meses. En su opinión, el crecimiento se reanudará cuando se libere el cuello de botella, algo que podría suceder más tarde lo esperado como ha mostrado el dato publicado hoy de producción industrial.

Un duro palo

La producción industrial de Alemania registró en noviembre una caída del 1,9%respecto del mes anterior, cuando ya había bajado un 0,8%, lo que representa el mayor retroceso mensual del dato desde el verano de 2015 y alimenta el temor a que la contracción de la actividad observada en el tercer trimestre, cuando el PIB cayó un 0,2%, se haya prolongado durante los tres últimos meses de 2018, arrastrando así a la recesión a la primera economía europea.
"La mayor debilidad de la producción industrial de Alemania no es solo resultado de los problemas de la industria del automovil", apunta Carsten Brzeski, economista jefe de ING Alemania, quien señala las dificultades de la industria alemana desde finales de 2017, primero por limitaciones desde el lado de la oferta, pero más recientemente por el debilitamiento de la demanda.

Brzeski reconoce que "el dato de producción industrial han incrementado de forma evidente el riesgo de que Alemania haya caída en una recesión técnica en la segunda mitad de 2018". 
Este experto cree que "el gasto público y privado todavía tienen el potencial de compensar estas fuerzas que puede arrastrar a Alemania hacia la recesión". 
Ya advirtió el Bundesbank en diciembre de que "la normalización de la industria del automóvil podría ser más lenta de lo que se había previsto con anterioridad". Los economistas del banco creen que la debilidad que han mostrado los pedidos dentro de Alemania podrían indicar "que los consumidores nacionales están posponiendo sus compras". 
Aún así, tanto desde el Gobierno de Alemania como los expertos del ámbito económico creen que esta recesión será algo pasajero: "De hecho, todavía hay muchas razones para mantenerse optimista... incluso para la industria del automóvil", sostiene Brzeski.
El Bundesbank también insistió en su último informe sobre las condiciones económicas de Alemania que la tendencia subyacente de la economía sigue siendo muy positiva: "A pesar de estos efectos puntuales temporales, el auge económico en Alemania continúa". La producción y la utilización de los factores productivos seguirá están por encima de la capacidad, lo que permitirá que "la economía alemana se expanda con fuerza hacia finales de 2019".