El desajuste entre los ingresos salariales y las rentas que pagan los inquilinos ha propiciado un aumento de los desahucios por impago en los inmuebles arrendados. En el segundo trimestre del año, el CGPJ contabilizó 10.491 lanzamientos por impago de alquiler, un 61,2% del total de lanzamientos del trimestre. En un comunicado, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), ha exigido al Gobierno la adopción de medidas concretas que «pinchen la burbuja del alquiler», como que las socimis paguen impuesto de sociedades, y que los grandes tenedores de vivienda, «fondos buitre, socimis, banca y grandes inmobiliarias sean penalizados fiscalmente por cada casa que mantienen injustificadamente desocupada, hinchando especulativamente la burbuja del alquiler y los precios de compra». «Por desgracia, los hechos no se cansan de darnos la razón en cuanto a la situación de emergencia habitacional que sufre este país», señaló al respecto la portavoz de la PAH, Lucía Delgado.
Pese al crecimiento imparable de los precios, el director comercial de Tinsa evita hablar de burbuja inmobiliaria en el sector del arrendamiento. «Más que burbuja estamos viviendo una situación de escasez de oferta, en la que los precios están subiendo a niveles que ya están chocando con la capacidad de acceso de la demanda media. La forma de atajar este problema es aumentar la oferta y lograr incentivar a los propietarios para que pongan en el mercado viviendas que están actualmente vacías. Y no solo hablamos de viviendas en poder de entidades financieras o de Sareb; el grueso del mercado está en manos de particulares».
Los otros expertos consultados tampoco creen correcto hablar de «burbuja» porque «no es un activo que se financie como pasa con la compraventa, con la que sí se puede especular», aclara el director de estudios de pisos.com, Ferran Font. No obstante, sí cree que las autoridades deberían intervenir para «suavizar la presión que vive el mercado del alquiler» mediante la creación de «bolsas de vivienda social y generando suelo finalista para que puedan construirse nuevos desarrollo residencial o tomando medidas que impulsen la salida al mercado de las viviendas vacías».
«La experiencia nos demuestra que
cuando la Administración emprende intervenciones de carácter coercitivo raramente dan buen resultado. La contención, incluso bajada, de los precios del alquiler debe pasr por un aumento del parque de viviendas en arrendamiento. Es necesario considerar que una parte importante de viviendas desocupadas lo están a causa de la inseguridad jurídica que suscita entre los propietarios la legislación vigente y que una mejora de las garantías probablemente movilizaría hacia el mercado del alquiler una cantidad importante de esas viviendas vacías», indica César Hernández, director de Análisis de Mercados de Sociedad de Tasación director de Análisis de Mercados de Sociedad de Tasación.
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